domingo, 17 de mayo de 2009

Undécima visita

Viernes 15 de mayo 2009

Un día especialmente difícil con varios cambios de ánimo desde que nos despertamos hasta ahora, la una de la madrugada en Petropavlovsk, y aún sin ir a dormir a pesar de estar agotados porque seguimos pendientes del ordenador y del teléfono esperando una traducción desde España. Hay momentos que no se puede ni con uno mismo. Suerte que Paco y Mª Ángeles están en todo, y es que ya llevan la experiencia sobre sus espaldas y nos han acompañado y aportado sus puntos de vista.

Esta noche nos han insistido en que fueramos a cenar con ellos porque iban a hacer tortilla de patata, y de paso podríamos llevar la ropa para hacer una colada. Ya se van el martes, les vamos a echar mucho de menos.

Todo ha empezado con una noche revuelta de frío, calor, abrir las ventanas, cerrar las ventanas, y un sinfin de vueltas en la cama, cabeza arriba, cabeza abajo... luego al ir a ducharnos no había agua caliente, y aquí lo caliente es caliente de verdad pero lo frío hace honor al nombre por lo que nos hemos despertado de verdad al ducharnos.

Ayer vimos en la calle como salía mucho vapor y agua caliente de un reventón y hoy nos hemos enterado que el agua caliente es central por distritos, no por cada edificio. Todo el centro de la ciudad se ha quedado sin agua caliente. Por la tarde en el hotel nos lo han confirmado.

Al ir a calzarse Chus para iniciar el día, ha visto que las suelas de sus zapatos, las dos, estaban abiertas por varios sitios y eso que se trajo sus mejores mocasines para que aguantaran. Además este fin de semana amenaza lluvias. El caso es que Paco y Mª Ángeles nos habían contado que las botas que se trajeron también se les estropearon en Almaty. Deben ser los cambios de tremperatura.

Cuando hemos llegado el niño estaba en su cuna, ya le habían dado el biberón. Lo han sacado al cuarto de cambios, y mientras han ido a buscar la ropa, repitiendo el ritual que aprendimos ayer, le lavamos el culo bajo el grifo y le secamos como lo hacen habituálmente.

Hoy le hemos vestido todo de azul con un gorro "braga" muy chulo, y a pasear, que hay que aprovechar los minutos de sol. Por cierto en la calle como cada día, tras tocar las flores blancas de los árboles y presentarle a los gorriones que revoloteaban por ahí, hemos seguido el paseo junto a otros niños más mayores que iban de la mano de su cuidadora y corrían hacia nosotros agarrándose a nuestras piernas. También han sacado a pasear por el patio el coche-bus infantil.

Había más gente de lo habitual. Una de las cuidadoras ha reñido a los niños de las casas de al lado que se habáin colado en el parquecito de la Casa Cuna.

Chus ha notado poco reactivo hoy al niño, muy adormilado así que le hemos dejado dormir lo que ha querido. Al despertar tampoco tenía ganas de fiestas, solo agarraba el sonajero de trapo y atendía a los golpes que Chus le daba sobre la mano. Nuestro rato de patio ha sido en la casita, el cenador hoy estaba ocupado por los americanos.

Camión de reparto en la Casa Cuna

Hoy le han dado a la traductora el informe en ruso de una prueba que nos tiene que traducir, pero su ordenador se le ha estropeado. Hemos contactado con la traductora de Almaty y con España intentando conseguir la traducción, que no nos ha llegado por ningún lado en todo el día, y ha sido desesperante.

A las 14:30 nos han venido a buscar para ir al notario para solicitar el juicio y nos han vuelto a dejar en el hotel sin solucionar lo de la traducción. Al final a las 18:30 ha venido Aizhan y hemos estado hablando mucho rato sobre el tema y nos hemos tranquilizado un poco. Tambien hemos conseguido hablar con Olga de Barcelona para pedirle que nos enviara la traducción y después nos hemos ido a cenar con Paco y Mª Ángeles la ansiada tortilla de patata. Allí hemos recibido la llamada de la traductora de Almaty que nos ha informado y puesto al corriente de nuestra situación.

A la vuelta al hotel, hemos esperado noticias de España pero no han llegado.

Cada tarde desde la habitación vemos como unos niños de diferentes edades juegan en la calle con una libertad total. Ayer se subieron al tejado de chapa inclinado de un garage y se pusieron a dar volteretas y a saltar desde el tejado a la calle.

Os podemos contar también que hemos comido una empanada de pescado desconocido que hemos comprado en el supermercado. Pero la anécdota más valiosa para nosotros es que cuando el niño tiene sueño y Chus lo coge en brazos, estira su manita hasta el pecho y se queda dormido.

1 comentario:

  1. ¿sabeis?
    aunque mañana hace un mes que estamos en casa con nuestro peque, añoro los momentos que pasé en kaz y que me haceis recordar en los escritos de vuestro blog.
    atesorar todos esos momentos en vuestra memoria, y disfrutad de cada segundo.
    un abrazo desde mataro
    maria

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