domingo, 17 de mayo de 2009

Decimosegunda visita

Sábado 16 de mayo de 2009

Hoy se cumplen 16 días de nuestra aventura.

¡Otro día sin agua calientre! y con muchísimo sueño, nos acostamos a la 1:30 sin recibir el correo que esperábamos así que nos fuimos a dormir un poco desanimados.

Hoy nos han dado en el desayuno un zumo rojo que debía ser de cereza, aquí hay muchas cosas de cerezas, incluso en el jardín del orfanato hemos visto un arbolito con flores blancas y nos han dicho que era un cerezo (parecía un guindo).

Cunado hemos llegado a la visita todos los niños estaban en la sala, algunos en el parque comunitario y otros en cochecitos recién desayunados. El nuestro estaba sentado en la sillita pequeña del parque como un principito. Nos han dicho que se ha despertado muy pronto (a las 9:30, normálmente los despiertan a las 10) y dicen que ha sido porque añoraba a los papás. Creemos que nos lo han dicho para que estemos contentos, pero sería maravilloso que fuera verdad. El caso es que hoy aún siendo fin de semana se han esperado a que le dieramos el biberón. Se lo ha dado Juan y lo ha tomado con facilidad pero por primera vez al eructar ha echado una buena bocanada. Esta cargado de mocos, como casi todos los niños, mañana lo comentaremos con la pediatra.

Hoy no había frutas, dice Aizhan que según los días varían el menú, pero tenemos que enterarnos bién de su alimentación y de los tratamientos que utilizan. De repente el sol se ha ido y se ha cubierto todo de nubes oscuras, aún así ha habido salida al patio para aprovechar que la temperatura era buena. El nene está molesto con la boca, se muerde los puños y cuando está dormido el dedo pulgar, y aunque con el mordedor se calma un poquito, aún lo agarra con dificultad. Al mirarle las encías hemos visto que se le nota ya un incisivo superior a punto de salir.

No ha aguantado mucho porque después del bibe le ha dado Chus un intenso y relajante masaje así que en brazos y tocando su pecho de nuevo se ha quedado dormido. Como ayer a descansado una media hora y después se ha despertado solo. Tras hacer palmas, los cinco lobitos y cantar la del auto de papá nos han pedido que volvierampos a cantar de nuevo "La perra Isabel..." Aizhan dice que se ha quedado con la cantinela y que la lleva en la cabeza todo el rato. Hemos querido aumentar el repertorio y tirando por aires aragonesas... "Me dicen que no quieres" y sorpresa ¡se dormía! así que ha habido que cambiar de nuevo al "En el auto de papa".

Hoy hay una novedad, como reacciona muy despacio a los sonidos hemos empezado con vibraciones y tumbado con la cabeza en las piernas de Juan y el cuerpo entre las piernas de Chus, Chus le hacía sobre los labios juntando nariz con nariz: "aaaaguu!" y la sorpresa para todos ha sido que ha comenzado a repetir "guuuu" "guuuu" (lo hemos grabado con la videocámara) ¡menuda experiencia!. Lo malo es que justo cuando mejor estábamos ha habido que dejarlo en su cuna, se había acabado el tiempo.

A la salida hemos ido al super, y vuelta al hotel a mirar el ordenador, pero nada. Juan ha descansado un rato. De repente se ha puesto a llover a gotones y se levantado mucho aire, aquí no se equivocan con el tiempo (ya nos lo habían predicho). En esta ciudad el tiempo es muy variable a lo largo del día, puede haber varios cambios bruscos, nos recuerda a lo que Santiago nos contó de Islandia, y es que en realidad estamos a la misma latitud.

Hoy han sacado al patio el coche-bus de 6 plazas y lo han aparcado junto a los columpios para poner a cuatro pedugos de uno a dos añitos, todos a la vez, a columpuiar. Además había otras cuidadoras, primero con tres niños, y después con dos más, que se han puesto a jugar en la arena.

Hemos comido ensalada rusa de la de verdad y pastel ruso de hígado y a Chus le ha repetido el ajo hasta la madrugada, pero estaba buenísimo.

Salimos a pasear solos y hemos podido contemplar un precioso atardecer en Petropavlovsk. A las 10 cuando llegamos a casa aún se veía.

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