Miércoles 20 de mayo 2009
Llueve a mares. Toda la noche lloviendo. Desde la ventana vemos unos niños jugando en los inmensos charcos de los alrededores del hotel, y hace frío pero... ¡por fin tenemos agua caliente!
Después de planchar la ropa del día hemos bajado a desayunar. Hoy había una mesa enorme con cuatro parejas de americanos y es que justamente ayer vinieron dos parejas nuevas. Todos parece que van con la misma traductora y nos hemos enterado que solo llevan chófer el primer día y el día del juicio, los demás van andando a la Casa Cuna, salvo que vayan a Poludino que tienen una hora y van todos juntos en una furgoneta. Están bastante bien organizados.
Hoy el zumo del desayuno ha sido de cereza, muy rico.
Cuando hemos bajado a la calle pensando que nos estaba ya esperando el coche, llovía mucho y no había sitio dende poner los pies de tanto charco, algunos para meter el pie entero y más arriba. El coche ha venido más tarde y hemos llegado con veinte minutos de retraso a ver al peque, por lo que ya le habían dado medio biberón. Chus le ha dado lo que quedaba de la toma y como ya estaba vestido, le hemos quitado el peto y a la movilización de cada día. Hoy ha sido menor en intensidad y tiempo porque la rigidez era mayor y el pequeño estaba fatigado. A pesar de pedorretas, palmas, inicio de canciones y columpio, se ha quedado tranquilamente dormido en brazos de Chus mientras Juan y Aizhan organizaban las fotos en el ordenador para llevarlas a imprimir y comentábamos todo lo que nos quedaba por hacer. Entre otras cosas como parece que es muy importante el aspecto de la mujer, Chus mañana tiene cita a la una, para ponerse unas uñas al estilo kazajo.
Con el niño en brazos, dormido, Chus se ha paseado arriba y abajo de la salita. Cuando se ha despertado le hemos dado un poco de agua porque sudaba mucho, le hemos cambido el pañal y Juan se lo ha llevado a la cuna. Juan contó ayer entre cunitas y camitas pequeñas 15 juntas en el centro de la habitación.
De allí al "market" teníamos que imprimir las fotos y tardaban media hora, que hemos aprovechado para comprar parte de los regalos de la lista y las bolsas para meterlos.
Al llegar al hotel, dentro de una de las bolsas, hemos encontrado 20 cuentos pequeños en ruso que no habíamos comprado. La tendera los ha metido sin enterarse. Mañana se los devolveremos porque sinó la pobre habrá hecho el día y además no entendemos ni papa.
Ayer mientras comíamos Aizhan nos hizo algunos comentarios sobre los diferentes niveles de vida en la ciudad, en Almaty los sueldos son mucho más altos, también el coste de la vida. Aquí hay niveles sociales extremos, se ven cochazos, pero también vemos como cada día grupos de personas vacían las bolsas de basura del hotel como una rutina, buscando algo útil.
Hoy hemos vuelto a ver otra moto con sidecar, más antigua que la de ayer circulando por la puerta del hotel, cuando más llovía y pilotada por un señor fumando. Aizhan nos ha explicado, que efectivamente muchas de estas motos pertenecieron al ejército soviético durante la II Guerra Mundial. También nos ha contado que muchos de los coches que se ven son comprados de segunda mano en Alemania.
Hemos comido en la habitación del hotel trucha marinada en aceite de girasol, es la manera de comer pescado aquí.
Juan a enviado varios correos a Barcelona, seguimos esperando respuesta. Chus estaba que no podía con su alma y se ha tenido que tumbar un rato. Solo se ha levantado al recibir un correo de Burgos.
A las 18:45 y lloviendo hemos ido a conocer otro supermercado grande, un edificio color azul cerca del hotel, que es un poco más caro que el habitual "Iceberg" pero con más cosas. Allí hemos visto a otro americano que adopta dos niños hermanos uno de Poludino y otro de Petropavlovsk. A la vuelta no se podía abrir el paraguas del viento que hacía y nos hemos calado.
Hoy internet funciona muy lento y mal, se corta continuamente, no hemos conseguido hablar con Zaragoza.
Larissa, la traductora de español, ha llamado desde Almaty para decirnos que no puede venir al juicio, y nos pondrán una traductora de aquí, todo son sorpresas y continuamente con el corazón en un puño.
Hoy se han fundido las bombillas del flexo y del baño, estamos casi a oscuras. Como comentario en el supermercado hemos visto aceite de oliva Borges y la botella de 3/4 valía 3.600 T (18 €).
Son las 19:15, estará siendo el funeral del tío Benito. Descansa en paz.
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