A las site de la mañana ha venido Galin para llevarnos al Aeropuerto, ha pasado con nosotros el escaner y nos ha acompañado hasta la facturación. Allí hemos vuelto a pagar el sobrepeso en una taquilla en la que varias funcionarias hablaban entre si creo que en ruso y no tengo ni idea que me decían, al final con la calculadora nos entendimos, pagué y listo.
Embarcamos a la hora prevista y despegamos a las 8:45. Intemtamos hacer fotos del avión, pero tampoco nos dejó la policía. Era un avión pequeño, como un autobús antiguo con alas y hélices. Teníamos asiento asignado, pero estaba ocupado porque cada uno se sienta donde quiere, en ese momento pasó el piloto y muy amablemente nos colocó juntos pidiendo a otro que se cambiara de sitio. Nos quedamos sin ver las montañas de Almaty desde el avión porque nos tocó el lado opuesto y justo al lado del motor. Durante el vuelo vimos la estepa y muchísimos lagos (atravesamos todo Kazajistán de sur a norte), llegando a Petropavlovsk a las 13:10. Cuando paró el avión, intenté levantarme y me hizo sentar el azafato, porque nadie se levanta hasta que no sale el comandante, que por cierto se acercó a nosotros y nos preguntó en inglés como había sido el vuelo. En Almaty había muy buena temperatura, pero al bajar del avión conocimos el frío siberiano de Petropavlovsk.
Al llegar al hall del aeropuerto (muy pequeñito) para recoger las maletas una chica de rasgos kazajos, morena de pelo largo rizado y muy guapa (Aizhan) vino directamente a nosotros y nos preguntó si eramos españoles, en inglés. Era evidente que los españoles que esperaba no podían ser otros. Esperamos en una ventanilla a que nos dieran las maletas y allí nos presentó al chófer. Aizhan habla algo de español además de inglés y sobre todo hace por entenderse.
Camino de la ciudad, apreciamos zonas pantanosas con variedad de aves y bosques de abedules sin hojas todavía. El día era gris con viento muy frío. Suerte de los anoraks que llevabamos y que en Almaty creimos que no ibamos a necesitar. De vez en cuando el chófer tenía que esquivar tremendos baches en la carretera, dejamos a la derecha el desvío hacia Omsk (Rusia) y llegamos a un control policial que hay a la entrada de Petropavlovks.
Nos llevaron a un hotel donde se alojan los extranjeros. Nos instalamos en la habitación que es tan grande como el apartamento de Almaty y la puerta se sigue abriendo hacia afuera. Por supuesto hay moqueta y los cuadros son frescos pintados en la pared. El hotel está decorado con reproducciones de antiguas esculturas y pinturas kazajas. Nos han enseñado una suit, pero hemos decidido quedarnos en la habitación porque aunque no es muy cara, pensando que en principio hemos de estar aquí un mes, supone mucho dinero.
Hemos comido lo que traíamos en la habitación y hemos pasado la tarde en el hotel. Nos han enseñado las piscina, el gimnasio, la pista cubierta y las dos saunas, todo incluido en el precio del hotel.
Por fin nos hemos conectado a internet y hemos visto un mensaje de Paco y Mª Ángeles, unos vascos que viven en Málaga y que llevan bastantes días en Petro visitando a una niña en Poludino. Hemos quedado con ellos en la puerta de la mezquita, y preguntando al del hotel, hemos llegado a encontrarnos. Hasta llegar allí ha estado nevando. Ha sido una tremenda alegría poder despejar la cabeza hablando en español con personas que están en tu misma situación pero con el proceso más avanzado. Nos han indicado lugares en esta ciudad, una pizzería, tiendas etc. y nos hemos tomado un té sin parar de hablar.
Nos han llevado hasta su apartamento y después nos han acompañado hasta el hotel. Ha sido de gran apoyo para nosotros poder contar con su hospitalidad.
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